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OPERA 

LA ÓPERA SERIA

El clasicismo fue uno de los periodos históricos más importantes para el género operístico. Este género, nacido en el Barroco dentro de los círculos aristocráticos, experimentará durante el Clasicismo un cambio, ya que se eliminarán los excesos barrocos y se tenderá a la naturalidad y acercamiento del argumento al público.

Los teatros se multiplicaron, el público aumentó en gran medida y los compositores encontraron en la ópera una de sus formas favoritas de expresión.


A mediados del siglo XVIII, y especialmente en Francia, la ópera seria había alcanzado una gran complejidad y artificiosidad: los argumentos sobre temas mitológicos eran demasiado sofisticados y difíciles de entender, los cantantes se inventaban partes enteras debido a la complejidad de las arias,... Esto hacía que el público cada vez estuviese más descontento con este tipo de ópera.

En 1752 se produjo un cambio, ya que una compañía ambulante de ópera se instaló en París y presentó la famosa ópera bufa de Pergolesi "La serva padrona". Su éxito fue muy grande, hasta tal punto que se crearon dos bandos, uno que va a defender este tipo de ópera y otro que va a estar en contra. A este enfrentamiento se le conoce como "La querella de los bufones".

En una lado estarán los que defendían la tradición de la ópera seria francesa, mucho más elaborada que la bufa italiana, a la que acusaban de frívola y superficial. Encabezaba este grupo Rameau. En el otro bando, estaban los defensores de la nueva ópera que había llegado desde Italia, la cual consideraban que se ajustaba mejor a los ideales del Clasicismo de sencillez y claridad. Era mucho más fácil de entender para todo tipo de público, ya que sus argumentos eran mucho más cercanos al pueblo y además destacaban por la belleza de sus melodías. Al frente de este grupo estaba Rouseau y algunos otros enciclopedistas.

En este contexto de enfrentamiento surgió la figura de W.C. Gluck, que buscó la reconciliación de ambos grupos, realizando una reforma de la ópera seria para que se acercase más a lo que el público pedía. En el prefacio de su ópera "Orfeo y Eurídice" expone los principios de la reforma que la ópera seria debía adoptar, que se resumen en los siguientes puntos:

  • Utilizar música sencilla, dejando de lado la complejidad a la que había llegado la ópera seria.
  • Evitar los contrastes entre recitativo y aria haciendo las arias más simples y los recitativos más expresivos.
  • El argumento debe ser más sencillo y verosímil, desechando los elementos fantásticos y artificiales de Barroco.
  • La música debe estar siempre al servicio del libreto y de los personajes.
  • Bajo estos parámetros se va a componer la mayor parte de la ópera seria en Europa.


LA ÓPERA BUFA


Es en esta época cuando la ópera bufa va a ganar importancia gracias, sobretodo a la llegada de la burguesía al poder. En Nápoles era habitual intercalar fragmentos cómicos entre los diferentes actos de las óperas serias. Estos fragmentos se fueron desarrollando y acabaron independizándose, dando lugar a un género nuevo llamado ópera bufa. Esto sucedió a finales del Barroco y principios del Clasicismo.

Pronto se convirtió en el género preferido del público, que tomará el modelo de la Serva Padrona de Pergolesi y alcanzará su máximo esplendor en las óperas de W.A. Mozart. A pesar de utilizar las mismas características musicales que la ópera seria, la ópera bufa contaba con algunas particularidades:

  • Los argumentos recogen temas de la vida cotidiana, dándoles un carácter cómico y en ocasiones sentimental.
  • Utilizan el idioma de cada país y en ocasiones sustituye los recitativos por partes habladas.
  • Los dúos y los conjuntos vocales se fueron haciendo cada vez más habituales.
  • En los finales de acto los personajes entraban de manera gradual, de forma que la tensión iba en aumento y se resolvía cuando todos cantaban al final.
  • El lenguaje que utilizaban era asequible, sin grandes grandilocuencias.

Se trata por lo tanto de una ópera mucho más fresca y alegre que la seria. Esto no es extraño si tenemos en cuenta que su principal misión era la de entretener al público, cada vez más amplio y sin conocimientos musicales. Mozart, que como hemos dicho será uno de los principales compositores de este género, escribirá óperas bufas tanto en italiano (Las bodas de Fígaro) como en Alemán (La flauta Mágica). La ópera bufa italiana llegó a toda Europa. En Alemania se denominó Singpiel y en Francia se llamó Ópera Cómique.

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