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MÚSICA RELIGIOSA DEL CLASICISMO

Como ya habíamos adelantado, la música religiosa va a estar en declive en esta época, ya que tanto la música instrumental como la ópera se van a convertir en géneros mucho más solicitados por el público en general.

En el terreno de la música religiosa, no cabe señalar grandes cambios musicales respecto a la época anterior. Se seguirán creando prácticamente los mismos géneros, dentro de los cuales destacará la misa. Un tipo de misa especial que va a adquirir gran importancia en este periodo es el Réquiem.

El Réquiem es la música compuesta para la misa de los difuntos de la Iglesia católica. Dicha música es ligeramente distinta de la de otras misas, ya que se prescinde de las partes consideradas demasiado alegres para una ocasión de duelo.

Dentro de este tipo de género, podemos destacar "El Réquiem de Mozart", obra maestra de la música clásica. Según cuenta la leyenda, esta obra le fue encargada a Mozart por un desconocido. El compositor, que entonces ya estaba gravemente enfermo, creyó que se trataba de un encargo del más allá para su propio funeral y murió componiendo la séptima parte de la obra que lleva por título Lacrimosa. Esta parte termina con la palabra Amen, palabra que se utilizaba al final de la misa, algo extraño teniendo en cuenta que a Mozart aún le quedaba la mitad del réquiem por componer. La obra sería completada , siguiendo las instrucciones que el compositor dejó escritas, por su alumno Süsmayr.

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