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GÉNEROS MUSICALES 

EL LIED

Se trata de un género menor (de poca duración) que se convirtió en una de las principales formas vocales de la música romántica ya que normalmente era compuesta para el disfrute en veladas musicales íntimas.

El lied (lieder en plural) es una denominación alemana que significa canción. Es una forma breve escrita para voz y piano sobre un texto poético ya existente. Su principal característica es la fusión entre el texto y la música. El lied era muy apreciado por el público porque en los conciertos creaba una atmósfera íntima propiciada por la belleza y expresividad de sus melodías. El piano se ponía al servicio de la melodía del cantante.

Existen varios tipos de lied, siendo el más frecuente el estrófico, caracterizado por repetir la misma música en todas las estrofas (A-A-A,..). También es común la forma bipartita de dos secciones que se van repitiendo (A-A-B-B) y la forma tripartita en la que la tercera parte era repetición de la primera (A-B-A)

Entre los compositores más destacados de lieder hay que citar a F. Schubert, que a lo largo de su vida realizó más de 600. Más tarde cultivarán esta forma otros autores como Hugo Wolf o Gustav Mahler.

LA MÚSICA DE CÁMARA


La música de cámara en el Romanticismo alcanzó su máximo desarrollo, debido, en gran parte, a que se hizo accesible a la burguesía y a la constante demanda de obras para interpretar en familia o entre amigos.

A lo largo del siglo XIX, la mayoría de los compositores escribió obras de cámara, desde dúos (para dos instrumentos, como por ejemplo el piano y la flauta), tríos (piano, violín y violonchelo),...hasta nonetos (nueve instrumentos de cuerda y viento); sin olvidar el cuarteto de cuerda típico del Clasicismo (dos violines, una viola y un violonchelo), que siguió ocupando un lugar destacado en esta época.

Muchas de estas obras eran sencillas y así las podían interpretar grupos de aficionados en las reuniones íntimas que realizaban en sus propias casas.

LA MÚSICA PARA ORQUESTA


La orquesta del siglo XIX se convirtió en la gran protagonista de la época. Casi todos los compositores escribieron obras musicales para este tipo de formación.

La orquesta romántica, denominada orquesta sinfónica, estaba integrada por un número de intérpretes que solía oscilar entre los 60 y 75 instrumentos de las tres familias. No es extraño, sin embargo, encontrar a finales de siglo obras que requerían 100 o más músicos. Los mecanismos técnicos de los instrumentos de viento se perfeccionaron y los compositores comenzaron a considerarlos tan importantes como los de cuerda.

Debido a la constante demanda de conciertos públicos el número de orquestas se multiplicó por toda Europa, hasta el punto de que las grandes ciudades contaban con varias orquestas sinfónicas que realizaban giras por toda Europa con una acogida extraordinaria.

Las tres grandes formas de orquesta que se van a dar en el Romanticismo fueron:

LA SINFONÍA


Durante el siglo XIX continúa cultivándose esta forma que en el Clasicismo había estructurado perfectamente su contenido. Todos los grandes autores componen en este periodo numerosas sinfonías. Poco a poco, los compositores se van a ir liberando de los esquemas formales clásicos explotando con gran efectividad la riqueza técnica de los instrumentos.

Las sinfonías serán cada vez más largas y complejas aspirando a conseguir el máximo rendimiento de los recursos tímbricos de las grandes orquestas sinfónicas de la época.

Entre los compositores más importantes de sinfonías destacamos a F. Schubert, F. Mendelssohn, A. Bruckner, J Bramhms y como no, la figura protagonista, L.V.Beethoven, que creó sus últimas sinfonías en las que deja ver un gran espíritu romántico.

EL CONCIERTO PARA SOLISTA


El Romanticismo es un periodo muy fructífero para este género instrumental. Se escribieron numerosos conciertos para solista y orquesta, en los que el solista podía ser cualquier instrumento. Se conservan conciertos para clarinete, oboe, flauta, violonchelo,...; sin embargo los instrumentos más destacados y para los que más música de este tipo se compuso fueron el violín y el piano.

CONCIERTO PARA PIANO Y ORQUESTA:

Los conciertos de piano destacan por los extraordinarios momentos de lucimiento que se esperaban de la parte solista. Era el preferido de los compositores románticos, ya que era capaz de aunar en una sola forma la riqueza tímbrica de la orquesta, el virtuosismo del instrumento solista, el carácter íntimo y expresivo del piano y las grandes posibilidades técnicas de este instrumento polifónico. Entre los compositores del siglo XIX que escribieron conciertos para este instrumento destacan L.V. Beethoven, F. Chopin, R. Schumann, F. Liszt o J. Brahms.

CONCIERTO PARA VIOLÍN Y ORQUESTA:

Aunque menos numerosos que los de piano, también los conciertos para violín y orquesta ocuparon un lugar destacado. A partir de la revolución técnica del violín, propiciada por N. Paganini, las exigencias de virtuosismo del instrumento se multiplicaron. Como en el caso del piano, las obras para violín exigían un gran lirismo en la interpretación de sus melodías además de una virtuosa técnica instrumental. Entre los compositores que escribieron obras para este instrumento podemos destacar a L.V. Beethoven, P.I. Tchaikovski, J Brahms o N. Paganini, conocido, este último, por ser el mejor violinista de la época y en ocasiones el único capaz de interpretar sus propias obras.

LA MÚSICA PROGRAMÁTICA


La búsqueda de músicas más libres y abiertas, y en definitiva más adecuadas para la expresión romántica, dará lugar al desarrollo de la música programática o descriptiva, que ya no se construye a partir de criterios formales sino de criterios extramusicales (novelas, historias,...).


Ya sabemos que el hecho de utilizar la música como lenguaje descriptivo no es una novedad (recordemos "Las cuatro estaciones" de Vivaldi), sin embargo, es ahora cuando surge como género nuevo capaz de materializar ese poder de la música. Nacen así dos nuevas formas de música programática: la sinfonía programática y el poema sinfónico.

LA SINFONÍA PROGRAMÁTICA:

Es una sinfonía que en lugar de basarse en una estructura formal, se desarrolla en torno a la descripción de un programa o argumento, generalmente de carácter literario. El creador de este género es el compositor francés H. Berlioz con su obra "Episodios de la vida de un artista. Sinfonía fantástica", en la que narra su amor no correspondido hacia una actriz inglesa a la que convierte en música. La sinfonía programática es una obra de larga duración (varios movimientos) y normalmente el autor introduce el texto al principio de la obra que sirve de guía de la misma.

EL POEMA SINFÓNICO:

Es una composición en un sólo movimiento basada en elementos poéticos o descriptivos. El creador de este género es F. Liszt que en su obra "Preludios" describe unos poemas de Lamartine titulados "Meditaciones poéticas". Este nuevo género de música será cultivado por compositores románticos y en especial nacionalistas, entre los que destacamos a Mussorgsky, N. Rimsky-Korsakov, R.Strauss, C. Saint-Säens o P. Dukas.

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